Hace unos días, la Reserva Federal volvía a subir los tipos de interés. Tras más de una década de políticas monetarias expansivas, parece que el “el gas de la risa” se ha terminado. La situación económica global la podríamos comparar con la resaca tras una fiesta que se alargó demasiado. A pesar de las diferencias, podemos afirmar que dicha política ha sido la tónica en el mundo desarrollado. A fecha de 2016, los diez principales bancos centrales del mundo poseían un total de 21,4 trillones ($) en activos, lo que suponía un aumento del 10% respecto a la media de los años anteriores (3%).
Cambio de rumbo en el Nuevo Mundo: del Trickle-Down a Trumponomics