hegemón regional

Países bisagra en África como motores de desarrollo del continente

La historia y la experiencia internacional han mostrado cómo las potencias regionales, en caso de tener éxito, traen consigo beneficios de diversa índole en los países de su región. Por el contrario, si fracasan, se produce una reverberación en los países de su entorno. Y todavía lo es más en el caso de África subsahariana, donde las jóvenes democracias son más susceptibles de contagio tanto de las buenas como de las malas praxis de las potencias hegemónicas tanto a nivel regional como global. Este artículo examina a aquellos países que ilustran mejor la importancia de los países bisagra regionales para el éxito de su región y del continente: Kenia, Nigeria y Sudáfrica.

Sudáfrica, ¿un país a la deriva en el nuevo orden mundial?

Sudáfrica experimentó, cual ave fénix, un renacer de las cenizas del apartheid, dando paso a un periodo de prestigio internacional y de liderazgo incuestionable tanto en la escala africana como global. Sin embargo, pocas décadas después de tan prometedor comienzo, la euforia democrática parece haberse desinflado. Además, los problemas internos de los que adolece el país, como la desigualdad y la xenofobia, no hacen sino acrecentar el descrédito y autoexclusión en la esfera internacional que ha cosechado el país por su alineamiento con China y Rusia, rivales del bloque occidental liderado por los Estados Unidos de América.